.1892

“¿Qué es lo que he hecho de mi vida? –dijo- al ver su imagen en el espejo.
Su cara era la de un muerto, sin embargo, su cuerpo estaba lleno de vida.
Al examinarse, no podía hacer otra cosa que fijarse en cada una de sus arrugas. Las sentía, las podía imaginar creciendo: las odiaba. Y las odiaba porque podía descifrar en ellas la palabra, el gesto, la brisa qué las había forjado. Era una de sus tantas condenas: recordar, recordar todo lo que le dolía. En fin… En eso estaba, cuando oyó un ruido en la otra esquina del cuarto. La puerta se había cerrado y tras un violento golpe apareció Angélica. Sus ojos de ser que vive fuera de este mundo se clavaron directo en el iris reblandeciente de Jack.

Jack- ¿Qué haces aquí?
Angélica – Ya sabes a qué vengo.
Jack - Sí, es verdad, lo sé.

Comentarios

Anónimo dijo…
me gusta la imagen de alguien que siente crecer sus arrugas, sus marcas.
ese odio y ese recordar q parece condena...jack podrá mirar por otra ventana..?
M
The champions dijo…
Quizás sí M. Pero vos, como yo, sabés lo complicados y simples que pueden llegar a ser los espejos. No dejan que la gente se separe de ellos. En fin la historia seguirá. Te mando un beso.
Anónimo dijo…
...la historia sigue.
un besito.
M
The champions dijo…
te escribo para el 13, saludos

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