Un día en la vida

-->

En la era del streaming, donde la información fluye de manera interminable, la capacidad que como seres humanos tenemos de asociar la música y el tiempo puede adquirir conexiones impensadas. Hagamos una especie de big data y midamos un día en la vida según las canciones de un artista o banda que nos guste.

Para comenzar elegí de mi servicio musical on line a David Bowie, artista que atravesó varias etapas y décadas. Escuché desde su primer disco hasta el último y aclaro que… ¡no valen los en vivo, ni las compilaciones! Luego de pasar 20 hs, 16 min y 25 seg expuesto a su música llegué a la conclusión un poco decepcionante de que su obra no alcanza a completar las 24 hs. Es Bowie ¿cómo? ¿toda una vida dedicada a eso y no alcanzó a llenar un día, 24 hs, con su música? Desesperadamente, examiné otro caso, los Beatles, ellos no me fallarían. Pero no: apenas cubrí las 9 horas de una jornada laboral estándar.

Buscando “hacer mi día”, investigué entonces músicos más prolíficos hasta dar por fin, con “el artista a veces conocido como Prince” que supera la medida buscada con la somera cantidad de 38 hs, 16 min y 55 seg. Lo siguió el Nobel de literatura, Bob Dylan, con 28 hs, 53 min y 57 seg, es decir, una rotación terrestre completa y ocho horas más. Sin embargo, de todos los músicos que indagué solo ellos dos fueron los únicos que superaron el día. Ni siquiera los longevos The Rolling Stones arañaban más que 16 hs, 55 min y 20 seg (sugiero tener un “día Stone” de dieciséis hora y completar con las ocho horas correspondientes durmiendo). Incluso temas de Pink Floyd, que parecían hermosos pero un poco excesivos en su duración, al ser puestos en “escala día”, aparentan acortarse…  Es que toda su obra no supera ¡más que 12 hs, 14 min y 45 seg!

            Para los que gustan del lado heavy de la vida tengo una mala noticia: un “día Metallica” no llegaría a cubrir ni la mitad del mismo, pues se agotaría en 11 hs, 5 min y 21 seg. Habría que completar la otra mitad, por ejemplo, con U2 (11 hs, 5 min y 27 seg) ya que sus tiempos son casi gemelos. Adentrándonos en otros estilos encontramos que la reina del pop, Madonna (con 12 hs, 46 min y 14 seg), y el rey del pop, Michael Jackson (con 9 hs, 41 min y 32 seg), nos harían bailar a lo loco pero tan solo por 20 horas, sin llegar a hacer un “día pop”. Mucho menos el rock duro que los es solamente en su forma expresiva: ni los longevos AC/DC (11 hs, 22 min y 34 seg), ni los enérgicos Led Zeppelin (6 hs, 53 min, 47 seg) dura lo que Duran Duran con sus elegantes 11 hs, 57 min y 14 seg. Incluso bandas pioneras en sus estilos como Depeche Mode en el tecno (6 hs, 53 min, 2 seg), The Clash en el punk (6 hs, 6 min y 24 seg) o Bob Marley en el reggae (6 hs, 06 min y 2 seg) completarían jornada. Tendrían que unirse todas en un gran “día de los estilos”.        

Qué queda entonces para bandas innovadoras de los 90´s como Nirvana (3 hs, 45 min y 8 seg) o Radiohead (7 hs, 7 min y 14 seg), o a las que continuaron su legado, como Coldplay (5 hs, 34 min y 51 seg) o Arctic Monkeys (4 hs y 49 seg) que, sumadas todas, siquiera hacen un “día alternativo” si es que así lo quisiéramos. 

       “This is” un día en el rock argentino

El famoso título de Spotify que engloba cualquier cosa que los “curadores” de listas decidan juntar, podría fallar en el caso de los fanáticos del rock/pop local que quisieran tener su “día” vernáculo. Para acercarnos a la jornada completa tendríamos abocarnos primero a los “clásicos” como Charly García, Spinetta o Calamaro que, por trayectoria, son los que suman más minutos. Pero ni siquiera así llegaríamos. El que más se acerca es el “flaco” que, sumando sus bandas (Almendra, Pescado, Invisible, Jade, Los socios del desierto y Los Amigo) estaría bien cerca de completar su “Flaco´s day” con 23 hs, 23 min y 11 seg. Lo sigue Charly con 19 hs, 29 min y 26 seg que tampoco completa jornada; Calamaro con la nada despreciable cantidad de 17 hs, 48 min y 24 seg y Fito Páez con 17 min, 15 min y 9 seg. Estos últimos todavía con posibilidad de completar su día ¡A sumar horas muchachos!

A esta altura de la investigación, ya debemos cambiar de lógica si queremos tener un “Día D”. Mezclar. Podría ser un mix con algo de Soda (que, junto a la carrera de Cerati suma 12 hs, 44 min y 7 seg) y un trago fuerte de Pappo (que con sus bandas suma 11 hs 59 min y 20 seg) y así tendríamos un día completo, un “Carpo Gus Diem” de pop y rock, caso que,  como el de Iorio, ni siquiera sumando sus intrépidas incursiones (V8, Hermética, Almafuerte) llegamos a cubrir más que 9 hs 55 min y 58 seg. Ricardo, lo lamentamos, no alcanzó para el “día heavy argentino”.

Un asunto curioso es el que compele a las bandas más convocantes, las de estadio, de nuestro rock: ninguna llega a completar el cuarto de día, es decir, las 8 horas: los Redondos apenas suman 7 hs, 01 min y 23 seg, La Renga 7 hs, 38 min y 37 seg, Divididos 6 hs, 50 min y 18 seg, Los Piojos 6 hs, 39 min y 33 seg y, Pity Álvarez (sumando Viejas Locas e Intoxicados) 7 hs 24 min y 16 seg. En este caso, habría que unirlos y proclamar el “día del misa rockera”.

El caso de los influyentes Sumo con apenas 3 hs, 39 min y 33 seg., al igual que el de Nirvana, quizás merezca esbozar un nuevo enfoque: “a menos horas del día, mayor influencia en el tiempo” ¿se cumple “el + es -”?  El tiempo dirá.

Y qué decir de bandas como Catupecu Machu (con 5 hs, 31 min y 52 seg) o Babasónicos (con 12 hs, 58 min y 42 seg) que intentaron ser una alternancia al rock de sus antecesores y las dos juntas no llegan a completar un “día Spinetta o Charly” ¿Y los llamados indie? Nuevos discos, nuevas horas. Ya sea El Mató a un policía motorizado (3 hs, 16 hs y 2 seg) o Los Espíritus (con apenas 2 hs, 19 min y 16 seg) están llamadas a la unión si es quieren tener su “indie day” en el raro nuevo calendario musical.

Y así podríamos seguir, será materia de continuas investigaciones (¿cuánto durará el “Mona Jiménez day”?); será cuestión de seguir encastrando los tiempos y las obras artísticas, generar  mezcolanzas infinitas de días y horas, para de esa forma darle un nuevo sentido al tiempo y a ese raro doble suyo llamado “música”.