No me
gustaría morir
sin antes
haber sido
lo que
nunca negué,
porque
para eso existen los demás:
una mano
manchada y lastimosa
que avanza,
descabezando
sobre el
camino.
No me
gustaría vivir
sin antes
ver tu cuello neutro
apoyado
en la baranda que
ayer nomás
yacía bajo el agua.
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