MY HAIR IS BEATIFUUUUUL
Algunas personas crecen con un ánimo cansino. Están acostumbradas a que el proceso biológico que se desarrolla en su interior esté dislocado de lo que día a día les muestra el espejo. Y es verdad ¿quién no se cansa de crecer? Una de las más populares propuestas para descansar del desarrollo consiste en mantenerse en el mismo estado mental de una etapa de la vida (puede ser la niñez, aunque las últimas mediciones arrojan datos contundentes sobre la preferencia de la adolescencia) y se mantienen ahí como un pececito de río que quedó atrapado en una charca. Sin embargo se crece. Y las moléculas corporales se van tiñendo de todo lo que la cabeza rechaza. Es en esos momentos cuando se produce un extraño fenómeno, mitad biológico mitad literario: El metabolismo Dorian Grey. Parece ser que las células corporales reaccionan a la negación mental de desarrollo y aceleran el procedimiento de la vejez, logrando un efecto inversamente proporcional. Esta ley natural fue postulada por un grupo de investigadores de la universidad de Formosa hace unos años, y recién ahora sale a la luz. Aunque hace mucho tiempo que se vienen percibiendo sus efectos devastadores.
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